Gracias, Madiba

Hoy, que los ojos de este indiferente planeta se posan en la parte meridional del continente original a causa de una pelota que no se sabe cómo vuela, vale la pena saber que la historia de esta nación llamada 'País del arcoiris' o Sudáfrica para los poco orientados en geografía, tiene un largo recorrido que merece ser conocido pues es digno de toda atención.
Sin embargo, no es menester de estas letras contarla. Para esa tarea bien están los libros y maestros de historia que pueden hacerlo mucho mejor que quien intenta escribirles. Ahora, hago un esbozo en la historia de esta nación, que tiene un lugar muy especial para un hombre que supo curar las heridas de su pueblo que de forma fratricida se anulaba bajo la pantalla del racismo.
La vida y obras de Nelson Mandela está disponible para todo aquél que quiera saber de ella. Madiba, como le conocen sus conciudadanos, es un ejemplo de vida pues logró reconciliar a un país entero enseñando a reconocer que en la debilidad de unos está la de otros, y que la verdadera grandeza de ser humanos es perdonarse y reconciliarse para compartir. 
Pero hay un hecho en particular que ha logrado conmoverme mucho más y en él está reflejada la labor de Mandela mismo.

Los Springboks, es el mote del equipo nacional de rugby de Sudáfrica. El mayor orgullo de la clase afrikaneer (blancos de descendencia holandesa que colonizaron el país en el siglo XVIII), minoritaria pero dominante en aquella nación. El dominio del afrikaneer se percibía en la opresión y el desprecio al negro, por lo que la casaca verde springbok era el icono mismo de aquello que flagelaba a la mayoría.
Madiba, unificó a su país en una de las mayores hazañas deportivas de ese deporte y de paso la transformó en una de las mayores hazañas humanas. En la final del campeonato del mundo de ese deporte, celebrado en aquél país, los negros cantaron el himno afrikaneer y los afrikaneers cantaron el himno negro. Ambas canciones componen hoy el himno oficial.
Finalmente, negros y afrikaneers se abrazaban para celebrar la conquista del titulo, siempre bajo la mirada y la afable sonrisa de Nelson Mandela.
De esta manera, es motivo de orgullo ver a los Springboks cantando el himno del país. Esta, fue un logro de Mandela y, aunque no compone todo su trabajo, es un pequeño fragmento de lo que es hoy su nación. Su Sudáfrica.



Nota: La historia en nuestros tiempos se valora más de forma gráfica. Recomiendo 'El factor humano' de John Carlin y la película 'Invictus' basada en este libro.

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