Viejo... pero nunca lo sabrán!

Vete a buscar lo que te haga feliz que el tiempo corre muy de prisa...
Así reza la publicidad de una muy popular marca de refrescos. Y a pesar que el tiempo nos toca a todos, a cada uno le corresponde hacerle frente o dejarse llevar por su caudal.
Hoy, quien les escribe quiere traerles el ejemplo del, hoy por hoy, delantero más viejo que aún pisa un rectángulo de fútbol. Su nombre: Anthony de Ávila. Colombiano.
Y es que por más que cayeron las críticas, inclusive de uno de sus mentores, este veterano de mil guerras hizo caso omiso de ellas y volvió a calzarse las botas a buscar aquello que siempre le acercó a la gloria. El gol. Delirio de las masas que convierten el cemento de un estadio en vida.
Así, 'El pitufo' como le dicen, anotó de nuevo. Lo hizo en su casa, con la camiseta de toda su vida. Pocos pueden decir eso en estos tiempos de mercantilismo y vanagloria. Pocos pueden decir que después de años de 'inactividad' hizo notar su presencia en el área rival en casi 90 minutos, marcando y asistiendo a sus compañeros.
Pocos jugadores pueden decir que han jugado profesionalmente al lado del ídolo de toda la vida. No con una fotografía estampada en una camiseta. No desde la distancia, cercana pero a veces fría, de la grada. Lo tuvieron a su lado, defendiendo un color. Alegrando a un público.
Loable. Más que eso. Este diminuto pero hábil jugador de fútbol le ha demostrado al mundo entero que la lealtad existe. Que las ganas sólo las mata uno mismo. Que no se muere sin haber luchado. Y que no se ha luchado en vano pues la gloria, aunque efímera, existe.
Viejo? El viento y todavía sopla...

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