La alarma excesiva...


Quizás, la palabra 'alarma' ya denota exceso... Para más males que agobian al mundo aparece uno nuevo: la aparición del virus AH1N1 y sus repercusiones mortales en la humanidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS), al pasar el nivel de riesgo de pandemia de 3 a 5 en menos de una semana lleva a la histeria colectiva...
Estar alerta es mucho más sabio que que estar alarmados y llamar al miedo como herramienta preventiva. Pero, ¿en qué grado son responsables los medios de comunicación de la 'alarma'?
Creo que mucho...
Hago eco de un artículo publicado en el diario 'El País' de España respecto a la situación de México, supuesto país foco del virus. Al empezar los sucesos (empleo de tapabocas, cierre de restaurantes, clausura de eventos públicos...) los medios ofrecieron pan y circo. Increíblemente los niveles de violencia disminuyeron; la gente se aisló a causa de la epidemia y súbitamente los decapitados fueron reemplazados por muertos por neumonía... pan y circo.
Los medios mexicanos olvidaron ser, en esta aldea global, embajadores en función de transportar la situación de su país. La histeria, ya desatada, se transformó en xenofobia. En China, aislaron a un hotel completo a causa de un mexicano infectado con el virus. En América Latina, varios países cerraron sus aeropuertos y pusieron en cuarentena a vuelos y botes mexicanos. Hasta causó la deserción de dos clubes de fútbol de aquel país del principal torneo del continente.
La verdad no puede ser ocultada pero, ¿hasta qué punto había que inflar la verdad?
Hoy, el virus parece estar controlado... Se habla menos de él... ¿A causa de quién? O, ¿de qué?
Se aparecen a la vista teorías conspiratorias sobre el origen del virus... pan y circo.
La alerta debe persistir. Es lo más lógico. Pero, la información debe manejarse de forma responsable. Siempre. De lo contrario, el sufrimiento siempre estará a la vuelta de la esquina y... ¿sin necesidad de ello?

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